Errores comunes que dificultan la lactancia materna




La lactancia materna es la principal fuente de nutrientes del bebé exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, y que puede prolongarse mínimo hasta los 2 años de edad. Es el más hermoso vínculo entre una madre y su bebé, sin embargo, en un principio puede resultar un poco difícil acostumbrarse y llevar a cabo, especialmente al ser primeriza. Es un acto que requiere de amor, cuidados y mucha paciencia. Es un proceso aprendido, que poco a poco la madre debe ir perfeccionando, al conocer cada vez más como funciona su cuerpo y las necesidades de su bebé.
Algunas madres se pueden frustrar ante los intentos fallidos, sin embargo todo está en la práctica y en el perfeccionamiento de la técnica, tomarlo con calma y no estresarse es la clave. A continuación te exponemos los errores más comunes que dificultan la lactancia materna, para que aprendas de ellos y poco a poco se te haga mucho más fácil llevar a cabo esta hermosa labor.
  • Contacto tardío: La hora posterior al parto es de suma importancia para ti y para tu bebé. Es el momento de establecer el primer contacto entre ustedes dos. El vínculo madre hijo será mucho más grande si te encuentras con tu bebé lo más rápido posible después del parto o cesárea, piel contra piel, que sienta tu calor materno y se sienta a salvo. Además de que permite que la lactancia inicie casi natural e instintivamente en ese momento. Es un error muy común esperar mucho tiempo después del parto para encontrarte con tu bebé, quizás porque estás muy agotada y deseas descansar, pero si no hay motivo médico por el cual separarlo de ti, procura encontrarte con él lo más pronto posible, y notarás como la lactancia será mucho más sencilla.


  • Posición incorrecta: La posición recomendada para amamantar a tu bebé es semi-sentado, no completamente en el plano horizontal. A través de esta postura evitarás los cólicos y reflujos, ya que ayudas a que la leche no tenga ningún problema al llegar a su estomago. Es importante que la boca del bebé este bien abierta y todo tu pezón debe entrar en su boca, incluyendo la areola (círculo pigmentado que rodea al pezón), esto es de suma importancia, ya que si el pezón no entra por completo en su boquita, corres el riesgo de que no se alimente bien, además de que le dificulta el reflejo de succión, agotándolo y frustrándolo.


  • Separación nocturna: Durante la estancia en el hospital, procura que tu bebé duerma en la misma habitación que tú, de igual forma al llegar a casa. Esto ayudará a fomentar el vínculo, además de que te permite saber cuando tiene hambre durante la noche y así puedas alimentarlo. Durante el día aprovecha cualquier momento que puedas para descansar, para que no estés tan cansada al llegar la noche, y no agote todas tus energías la lactancia.


  • Establecer horarios: Organizar tu día no está mal, sin embargo, si el bebé tiene hambre te lo hará saber, y es tu deber alimentarlo. Los primeros días de nacido trata de alimentarlo cada vez que lo veas despierto. Cuando la leche sea más abundante ofrécele pecho cuando él lo pida, no intentes forzarlo a alimentarse cuando a ti te convenga o parezca ya que esto puede hacer que la lactancia sea un trauma para el bebé.


  • Dejar la lactancia por volver a trabajar: Volver a la rutina puede ser todo un reto, especialmente si ya es hora de que regreses a trabajar. Sin embargo, si tu bebé aún es menor de 6 meses no debes quitarle su principal fuente de nutrientes que es la lactancia. Existen extractores de leche ideales para cumplir con esta responsabilidad. Éstos son fáciles de trasladar y de usar, así que no hay excusas.


  • Introducir el uso de biberones y chupones muy pronto: Existe cierta discordancia en este tema. Ya que algunas madres recomiendan su uso desde etapas muy tempranas. Sin embargo, expertos recomiendan su uso solamente cuando la lactancia materna se haya afianzado. Esto se debe a que el bebé apenas está aprendiendo a mamar, así que no conviene hacer uso de otros métodos.



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